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viernes, 27 de agosto de 2010

La fibra soluble del plátanos macho y del brócoli podría mantener en remisión la enfermedad de Crohn.

Científicos de la Universidad de Liverpool (Reino Unido), en colaboración con la compañía biotecnológica Provexis, trabaja en un proyecto de investigación con el que se pretende desarrollar un nuevo producto alimenticio a base de fibras solubles de plátano macho o de brócoli que tendría la propiedad médica de mantener en remisión los síntomas de la enfermedad de Crohn, según publica la revista 'Gut'.


Estudios previos han comprobado cómo las personas con esta enfermedad tienen un número incrementado de bacterias 'Escherichia Coli' ('E. Coli') de una variedad que los científicos han denominado como "pegajosa". Esta variante de la 'E. Coli' tiene la capacidad de penetrar las paredes del intestino sirviéndose de las 'células-M', que actúan como "vigilantes" del sistema linfático, impidiendo o permitiendo el paso de otros microorganismos.

En pacientes con la enfermedad de Crohn este proceso provoca una inflamación crónica en el intestino. En este sentido, los investigadores británicos han descubierto que las fibras solubles de estos plátanos y del brócoli son capaces de impedir que las 'células-M' faciliten la entrada a la 'E. Coli' en el intestino y provoque la inflamación.

Asimismo, han comprobado que el polisorbarto-80 --emulsionantes de grasas utilizados en comidas procesadas-- produce el efecto contrario y facilita la infección. Por su parte, los compuestos naturales del brócoli y el plátano redujeron la presencia en el intestino de la 'E. Coli' entre un 45 y un 82 por ciento. Otras fibras, como las de la manzana o las del puerro, no arrojaron resultados significativos.

"La enfermedad de Crohn afecta a gente de todas las partes del mundo, pero es mucho más prevalente en los países desarrollados, donde la dieta baja en fibra y los alimentos procesados son mucho más comunes", explica uno de los autores del estudio, el profesor Jon Rhodes.

En esta misma línea, el especialista en medicina traslacional Barry Campbell señala en un comentario añadido que "ya se conocían los beneficios para la salud general de comer fibra como la del brócoli, por ser rica en vitaminas y minerales, pero, hasta ahora, no se había comprendido el potencial que ofrecen estos vegetales a la hora de reforzar las defensas naturales contra infecciones como la que provoca la enfermedad de Crohn".

jueves, 26 de agosto de 2010

El trasplante de flora intestinal abre nuevas expectativas para el tratamiento de enfermedades metabólicas y trastornos digestivos.


Investigadores del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) lideran un estudio sin precedentes que demuestra que es posible modificar la composición de la flora intestinal trasplantándola y que los cambios generados se mantienen, más allá de lo esperado, hasta tres meses después del trasplante.

La posibilidad de validar tratamientos que puedan hacer variaciones en la composición de la flora supondría un antes y un después en aquellas enfermedades en las que hay evidencia científica de que la flora intestinal juega un papel determinante.

Esta investigación, publicada hoy en la revista Genome Research, establece que es posible la introducción de nuevas especies en la flora intestinal habitual simplemente ingiriéndolas y postula que no es necesario eliminar previamente parte de la flora existente mediante antibióticos como se creía.

La importancia del hallazgo

Aunque el trabajo se ha realizado en ratones, las implicaciones futuras para la salud humana se suponen de gran importancia.

La funcionalidad de los genes de las bacterias que se encuentran en nuestro intestino son claves en determinadas patologías en las que las bacterias influyen decisivamente por su acción sobre la nutrición (obesidad) y sobre el sistema inmunológico (Enfermedad Inflamatoria Intestinal). La interacción y la simbiosis entre humanos y su comunidad bacteriana (flora intestinal) es muy amplia y tiene especial importancia en varios aspectos de su fisiología, como la respuesta inmunitaria, el metabolismo de las grasas, la producción de nuevos vasos sanguíneos, etc.

“En base a esta íntima asociación entre los humanos y su flora intestinal, se considera que cada individuo humano es un ‘superorganismo’ resultante de la suma de sus genes humanos y los genes del microbioma. Debido al elevado número de microorganismos -hasta 2 Kg de bacterias, peso comparable al de cualquier órgano- esta población de microorganismos, puede ser considerada un órgano más, con su propia función”, explica el Dr. Francisco Guarner, responsable del grupo de investigación en fisiología y fisiopatología digestiva del VHIR.

El microbioma es el conjunto de microorganismos (bacterias, levaduras, etc.) que viven ‘en’ y ‘con’ el ser humano, de forma que sus genes y actividades biológicas contribuyen a la salud y a la enfermedad. En números absolutos el intestino humano está poblado por 10 millones de millones de bacterias, es decir, que existen 10 veces más bacterias en nuestro intestino que células en nuestro organismo. El microbioma humano es único para cada uno de nosotros e incluye más de 1.000 especies diferentes de microorganismos.

Si se analiza la magnitud del microbioma, no es difícil imaginar que existan claras evidencias de su implicación en determinadas enfermedades, como por ejemplo en la enfermedad inflamatoria intestinal. “Conocer cómo restablecer esta flora intestinal dañada o alterada en estas enfermedades parece ser la clave para el tratamiento de estas”, explica el Dr. Guarner.

Un estudio clave para el diseño de nuevos tratamientos

Poder restablecer la flora perdida o incorporar la flora necesaria para mantener el fino equilibrio entre la mucosa intestinal y el exterior podría ser la clave para diseñar nuevos tratamientos contra la enfermedad inflamatoria intestinal. “Los intentos realizados hasta ahora mediante el uso de antibióticos, prebióticos o probióticos no habían conseguido efectos persistentes a medio-largo plazo. Pero con los resultados de este estudio abrimos un nuevo horizonte. El trasplante de flora intestinal y la bacterio-terapia podría ser de gran ayuda en futuros tratamientos”, comenta la Dra. Chaysavanh Manichanh, también investigadora del VHIR y primera firmante del estudio.

La investigación, en la que han colaborado investigadores de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona y de la University of Colorado y ha recibido el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación, del National Institute of Health (NIH) y del Howard Hughes Medical Institute, demuestra, por primera vez, que la composición de la flora intestinal puede ser modificada. También prueba que es posible la introducción de nuevas especies en la flora intestinal procedentes de un donante. El estudio aporta un dato más: al contrario de lo que se creía, la introducción de nuevas especies no necesita que previamente se eliminen bacterias existentes mediante antibióticos. “Esto supone una ventaja si se plantea este trasplante como un tratamiento para intervenir a nivel de la flora intestinal, pues la administración de antibióticos produce grandes efectos a largo plazo sobre el resto de la flora que no se revierten con facilidad”, prosigue la Dra. Manichanh. A su vez, el estudio ha determinado que la administración de estos antibióticos pre-trasplante no facilita una mejor adaptación de la flora introducida.

Lo más sorprendente de la investigación, según la Dra. Manichanh, “no es sólo que flora procedente de un donante pueda trasplantarse en un receptor con éxito, sino que los cambios que se generan en la flora intestinal del receptor gracias al trasplante se mantienen hasta tres meses después de este trasplante”.

Científicos españoles descubren que las Células Madre Uterinas regeneran cualquier tejido (Gijón - Asturias).

Tienen un potente efecto regenerador de tejidos desconocido hasta ahora, de hecho han comprobado que se pueden transformar en tejido cardíaco, óseo, muscular o nervioso (también en neuronas).

Por sus características, las células madre uterinas tienen una serie de ventajas notables con respecto a otras células madre del adulto (de la grasa o de la médula ósea). No es necesaria ninguna intervención quirúrgica para extraerlas, mientras que para obtener las células madre de la grasa hace falta una liposucción, y para extraer las de la médula ósea una punción, y ambos procesos requieren anestesia.

Además, la obtención de las células madre uterinas no plantea problemas éticos como sucede con las células madre embrionarias.

Elevada capacidad de crecimiento

Mientras que otras células madre se reproducen en el laboratorio unas pocas veces, las de origen uterino pueden hacerlo hasta 45 veces en el laboratorio, se podría decir que se reproducen tanto como los hongos, de manera que se puede asegurar una cantidad suficiente de material celular como para que una terapia sea efectiva. Asimismo, cuando han crecido 45 veces dejan de reproducirse, con lo cual no dan lugar a la formación de tumores.


Esperanza para nuevos tratamientos

Se calcula que en España el 40% de la población padece algún tipo de enfermedad crónica, autoinmune o degenerativa o varias a la vez, y nadie está libre de padecerlas en un futuro. Hablamos de enfermedades como Alzheimer, artritis reumatoide, psoriasis, fibromialgia, parkinson, espondilitis anquilosante, lupus, crohn, colitis ulcerosa, diabetes del adulto, esclerosis lateral amiotrófica, síndrome de la fatiga crónica o esclerosis múltiple.

Con el descubrimiento de las células madre uterinas se abre una nueva puerta para la investigación y consecución de tratamientos para estas enfermedades.

Dieta para la Colitis Ulcerosa y la enfermedad de Crohn.

La colitis ulcerosa es una enfermedad que afecta a la mucosa del intestino grueso. Puede afectar solo al recto o a todo el intestino. Produce dolor abdominal, diarrea, fiebre y sangrado intestinal.

La consecuencia más grave de sufrir colitis ulcerosa es la desnutrición. La inflamación del tubo digestivo, la fiebre y los medicamentos hacen que el gasto energético se incremente, razón por la que debes aumentar la cantidad de calorías que consumes al día.


El tratamiento dietético es fundamental para una persona con colitis ulcerosa. El diseño de una dieta para la colitis debe ser personalizado, ya que no todas las personas son iguales y experimentan la enfermedad del mismo modo.

La dieta debe ser variada, solo debe excluirse un alimento en caso de comprobada intolerancia hacia él. Se le reemplaza con uno de valor nutricional semejante. Si es un alimento del que consumes otros de su mismo grupo, no tienes por qué preocuparte, no tienes que comerlos todos.

No obstante, puedes probar a cocinar el alimento en diferente manera o intentar reintroducirlo en la dieta para comprobar si persiste la intolerancia.

Es necesario también que mantengas un adecuado equilibrio de líquidos y electrolitos para evitar la deshidratación que puede causar fiebre o diarrea. Además del agua pura, el agua de arroz, los zumos colados de frutas no ácidas, los sueros de hidratación oral, los caldos, las sopas y las infusiones, son buenos hidratantes.

Dieta para la Enfermedad de Crohn.


En cuanto a la dieta para la Enfermedad de Crohn, esta debe de ser elaborada de forma específica para cada caso en particular, teniendo en cuenta la incorporación de alimentos que mejoren el cuadro de obstrucción intestinal, diarreas o fistulas.

El plan alimentario es la primera herramienta de tratamiento que se debe de poner en marcha, después se evalúa el caso dependiendo de la respuesta de la persona. En algunos casos se puede dar que los enfermos necesiten una parenteral total o una hiperalimentación vía intravenosa para contrarrestar el síndrome de malabsorcion.

En casos aislados hay que proceder a una cirugía porque el intestino se obstruye, los abscesos y las fistulas no sanan, aun con el tratamiento medicamentoso. Generalmente la enfermedad de Crohn no presenta graves complicaciones, pero en ciertos casos se puede dar cáncer del tracto gastrointestinal, sobre todo cuando la afección nunca fue tratada.

Fuente: nutricion.pro

viernes, 6 de agosto de 2010

Mantener el tratamiento biológico de los enfermos de Crohn ya operados con una dosis más baja de lo normal puede ser suficiente.

Un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Udine, en Italia, ha demostrado que mantener el tratamiento biológico de los enfermos de Crohn ya operados simplemente con una dosis más baja de lo normal puede ser suficiente para evitar la recurrencia de la enfermedad y la reaparición de nuevos brotes. Seguir leyendo el arículo.


Según explica el autor de esta investigación, Darío Sorrentino, en el último número la revista 'Clinical Gastroenterology and Hepatology', "la recurrencia de esta enfermedad es bastante común y, por el momento, ninguno de los medicamentos tradicionales presentaba una ventaja clara para evitarlo".

Sin embargo, según las conclusiones de esta investigación, parece que el anticuerpo monoclonal infliximab, que Merck Sharp & Dohme (MSD) comercializa con el nombre de 'Remicade', ha demostrado una "eficacia notable" para prevenir nuevas inflamaciones u otros síntomas.

En el estudio participaron un total de 12 pacientes que, inmediatamente después de ser operados, iniciaron un tratamiento estándar con infliximab a una dosis de cinco miligramos por cada kilo de peso corporal.

A los tres años, en los pacientes que no presentaron ningún signo de recurrencia suspendieron la terapia mientras que, en los que si reapareció la enfermedad, se inició un tratamiento de mantenimiento con dosis más bajas, de unos tres miligramos por kilo, en un intento de restablecer la integridad de la mucosa intestinal, que contribuye a garantizar un suministro adecuado de nutrientes.

De este modo, los autores del estudio mostraron que la administración de infliximab inmediatamente después de la cirugía previene eficazmente la recurrencia de la enfermedad, si bien cuando se suspende la medicación la inflamación intestinal aparece a los cuatro meses en la gran mayoría de los pacientes (83 por ciento).

Sin embargo, una reducción del 40 por ciento de la dosis estándar --de cinco a tres miligramos por kilo-- fue suficiente para restablecer la integridad de la mucosa intestinal y evitar la recurrencia de la enfermedad en todos los pacientes a lo largo de un año.

Según explica Sorrentino, pueden ser necesarios estudios adicionales para confirmar estos resultados, si bien "parece que una reducción de la dosis de infliximab puede ser potencialmente más seguro y rentable que las estrategias de la dosis estándar para la prevención de la recurrencia de la enfermedad de Crohn".

jueves, 5 de agosto de 2010

Investigan en la «flora intestinal» un probiótico contra la obesidad.

Un estudio analiza las diferencias entre la flora intestinal de distintos individuos para identificar las bacterias responsables de la propensión a engordar.

Un estudio europeo, con participación española, está investigando las diferencias entre la flora intestinal de las personas obesas y de las que tienen un índice de masa corporal (IMC) normal para averiguar qué bacterias son responsables de que ciertos individuos y no otros tengan propensión a engordar.

El trabajo, que podría dar lugar a la aparición de compuestos probióticos contra la obesidad, podría publicar sus primeros resultados “a principios de 2011″. Así lo ha anunciado el doctor Francisco Guarner, que participa en este trabajo desde la Unidad de Investigación del Aparato Digestivo Hospital Universitario Vall d’Hebrón de Barcelona, y es miembro de la Junta Directiva de la Asociación Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP) y del Consejo Científico del Instituto Danone.
En este proyecto, llamado MetaHIT, participan casi 500 pacientes -unos 200 con obesidad y otros 200 con enfermedad de Crohn- procedentes de España, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido.
En ellos se están aplicando tecnologías de última generación para analizar la composición de su flora intestinal, definir los rasgos que hacen a un individuo propenso a la obesidad y manipular las bacterias responsables de este problema.
Diferencias en la flora
“Sabemos que la microflora intestinal es diferente en las personas obesas y en las que tienen un índice de masa corporal (IMC) normal, incluso se sabe que los individuos obesos, cuando intentan perder peso, recuperan un perfil normal en cuanto a la composición de su flora intestinal”, explica el doctor Guarner.
“Esto hace pensar -continúa- que los individuos obesos tienen en su flora un tipo de bacterias que fueron muy útiles en la antigüedad, permitiendo a nuestros antepasados sobrevivir sin tener que comer todos los días. Sin embargo, con la abundancia de comida propia de los países ricos en la actualidad, las personas portadoras de estas bacterias podrían tener una mayor propensión a la obesidad”.
El fin último del trabajo, que podría concluir dentro de tres años, es descifrar “el mapa de las bacterias de la flora intestinal” y en el futuro, manipularlas y utilizarlas como probióticos para adelgazar. “Aún no se ha probado en humanos, pero sí se ha conseguido reducir el peso de animales obesos trasplantándoles diversas bacterias de la flora de animales con peso normal”, asegura.
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